miércoles, 24 de septiembre de 2008

A veces pienso que la basura no es basura...

...sino que es una entidad fuera de contexto, puesto que si se encontrara en el espacio y tiempo indicados, podría ser algo de verdadera utilidad.

Justamente de esto trata el proyecto Take a seat, de reubicar desechos funcionales haciendo uso de la lógica más sencilla, la que surge a través de la observación de necesidades y problemas cotidianos. La idea básica de Jason Eppink, promotor de la instalación, es conseguir sillas en buen estado pero en desuso -que bien pueden encontrarse en los basureros o arrinconadas en cualquier garage-, y colocarlas en estaciones del subterráneo de Nueva York donde faltan bancas para esperar la llegada del metro.

Así de sencillo, así de lógico. ¿Por qué no hacer atmósferas más agradables y humanas de los sitios más concurridos y de mayor estrés? ¿Por qué nadie había pensado en esto? Quién sabe... quizás la idea ya se le había ocurrido a algún transeúnte cansado, pero Eppink decidió a hacerla una realidad tan funcional como estética... la combinación de diferentes tipos de sillas descontextualizadas me resulta genial.

Restando basura y sumando humanidad. Bien por la autogestión frente a la pasividad de las autoridades.

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