lunes, 8 de septiembre de 2008

Justo hace una semana...

...fue la marcha por la paz acá en la Ciudad de México (y según tengo entendido, en muchas, muchísimas ciudades de México, y otros países del mundo). Fui. No por razones mercadológicas ni porque haya sido personalmente, víctima de una acto de delincuencia (esto por suerte -muchísima-, gracias a Dios, o por simple conjunción astral), sino por dos razones; la primera, porque mi novia sí ha sido víctima de la delincuencia en severas ocasiones, y segundo porque el ser parte de un movimiento ciudadano, en el cual un objetivo en común, un ideal (aún más poderoso) hace que todos caminemos hacia una misma petición, es una experiencia que deberíamos vivir más seguido.


Pero bueno, habrá muchos expertos (ya sea por su profesión o lamentablemente, por experiencia propia) que podrán hablar del tema de la violencia y delincuencia con mejor claridad y profundidad que se puede hacer en este sitio!

No puedo negar que tuve sentimientos encontrados. Esto dado pero el hecho de que había algunos mexicanos (le pudiéramos llamar "gandallas"??) que lucraban con la marcha. Los gritos de "a 10 pesos, a 10 pesos, a 10 pesos" o de "lleve la banderita, la playera, la banderita", sonaron a lo largo de los kilómetros que unen al Ángel con el Zócalo. Me parecía algo parecido a los políticos que lucran con la moneda de la "popularidad" con este mismo tema. Pero en fin,
desde el punto de vista "planning/marcas" ("a lo que nos truje Chencha"), hubo dos marcas que me llamaron la atención, una de forma positiva y otra de forma negativa.

La que me generó un sentimiento negativo fue una marca de refrescos sabor toronja que empieza con S y termina con T (y tiene "quir" en el medio), la cual tenía a muchos vendedores, todos brandeados con uniformes amarillos y verdes de esos que llaman fluorescentes, que se dedicaban a vender refrescos a lo largo de la marcha. Puedo un poco entender la la lógica detrás de esta acción: La gente caminará, tendrá sed y querrá mitigarla, qué mejor que hacerlo con nuestro refresco. Desconozco si el compromiso de la marca con la causa es genuino (quiero pensar que sí), pero aquí es donde a veces la ejecución termina, lamentablemente, mal interpretando las buenas intenciones (dice mi madre "no hagas cosas buenas que parezcan malas"). Tal vez si no hubieran estado brandeados con colores de "mírame aquí estoy", hubieran regalado los refrescos y al final, recogido los envases vacíos y/0 tirados en la calle, esa muestra de compromiso hubieran construido de mejor forma.



El ejemplo que me llamó la atención fue el de Youtube. Youtube ha instalado cabinas móviles en distintos puntos de la ciudad para que la gente entre y se exprese. Youtube estuvo en la marcha. No con gente con colores fluorescentes vendiendo los mejores videos de la youtube ("a 10 pesos, a 10 pesos, a 10 pesoooos"), sino como un testigo más, como una puerta a a expresión para que la gente dijera lo que le despertaba el ser parte de esa marcha o lo que le llevó a ir a caminar. Youtube entendió bien la razón de ser de este movimiento ciudadano: el expresar un sentimiento de repudio hacia un tema que tanto afecta. Expresar, eso es Youtube. Expresar, eso era lo mismo que la gente quería. Hacía y hace todo el sentido.



La pregunta que nos debemos hacer como personas que trabajamos en el mundo de la comunicación/mercadotecnia, es ¿qué está preocupando a la gente? ¿de qué se habla? ¿cuál es el tema en las charlas de café?, entender sus razones, tener una postura como marca y si eso que podemos proponer es realmente relevante para lo que está sucediendo, hagámoslo y ejecutémoslo con acciones que estén apegados a ese ideal y a nuestra postura. Si no, mejor no.

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