lunes, 28 de julio de 2008

Estado Mental

Sorpresa.

Eso es lo que a veces hace que conquistemos (reconquistemos) a alguien. Si hemos estado con alguien por un cierto tiempo, nos acostumbramos a su forma de pensar y la otra persona se acostumbra a la nuestra. Entramos en un estado mental conocido, que nos hace seguir patrones y nos hace adivinar con facilidad (así como ser "adivinable"). Un regalo en ese estado mental se vuelve predecible, por lo tanto no agrega nada nuevo a la relación y termina por caer en una monotonía. Nos lleva a pensar siempre dentro de la misma caja. Y todo se vuelve un círculo vicioso, hasta terminar en muchas veces, en desgaste de la relación o incluso en un divorcio.

Cuando nos quedamos enfrascados en una sola forma de pensar, cansamos y nos cansamos, no encontramos nada nuevo, es difícil ser empático y también es difícil sentirse entusiasmado con una nueva etapa o un nuevo reto.

Eso mismo nos pasa en marketing. Vivimos en mismo estado mental. Siempre. Vivimos en un profundo "Marketing State of Mind". Para el mercadólogo la gente es sólo "consumidor", el "producto" es el mejor producto del planeta, sólo se piensa que X (inserte cualquier producto/marca aquí), y pensamos que la gente también piensa en ese X con el mismo interés que nosotros. Ese "Marketing State of Mind" nos lleva a un Marketing Miopia. Vemos el problema siempre desde el punto de vista: el de un mercadólogo, y por lo mismo, con el tiempo se vuelve muy difícil innovar, ser empático y sentirse entusiasmado.


¿Por qué no nos preguntamos cómo vería este mismo problema un médico, un diseñador, un niño, un abuelo, nuestra madre, un maestro, alguien que no sabe de publicidad?, ¿cómo sería ver un problema de marketing sin los ojos de un mercadólogo?

Pensé en como ejemplificar esto sin estar dentro de un Marketing State of Mind. Recordé una película: "Sweet November". Hay ahí en ejemplo claro en cómo el tipo (Keanu Reeves) se sale de su "Marketing State of Mind" y ve la vida totalmente diferente al conocer otro estado mental totalmente opuesto (el de Charlize Theron). Al final se da cuenta de que la vida se podía ver de otra manera. Al salirse de ese estado mental se transformó en alguien empático, innovó y se sintió entusiasmado (si no vean la parte cuando le da los 12 regalos).



(Perdón por el video, no había uno menos "rosa")

Moraleja. Salgámos más seguido de nuestro "Marketing State of Mind" y busquemos y rodémonos de gente que nos saque de ese estado mental.

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